Ventosa mañana de domingo tipica del cambio de estación, llegamos tempranito como Dios manda y esperamos a que fueran llegando los protagonistas y volvimos a ver esos rostros alegres, de miradas brillante como si fueran a una cita de amor. Unos de pasos apresurados, otros con una calma franciscana, pero todos ansiosos de practicar el deporte de su pasión.
Así, nos abrazamos efusivamente con Eugenio Chinchilla, cálido y amable como siempre ha sido, hablamos de pasada por el sábado negro que tuvo y que el, caballerosamente reconoció que sus rivales jugaron bien y él no tanto, en parte, por que no se sintió a gusto con el salón de juego; de hecho me mostró un abanico de papel chino que llevaba en la bolsa, por si acaso.
Otro golpeado -en este caso no por la vida- si no por las garras de sus dos rivales, el amistoso, franco y directo de hablar el maestro Luis Michel, quien me confesó: coño no dormí tranquilo pensando en que en ambas partidas estuve bien y las forcé!!!. Francisco Hernández llegó con su hijo Javier Hernández, con el paso firme hacia la sala, parecía que el que iba a jugar era él. Leticia y Sebastian llegaron un poco apurados sobre la hora; y que alegría ver y saludar a David Vives, calidad de persona y jugador, al saludarnos se siente esa vibra positiva desbordante. Platiqué y una entrevista corta con Esteban Quesada, tipo muy humilde, accesible y conversón; estaba acompañado de su Señora madre.
Muchas caras nuevas, mucha juventud y que dicha y ojalá se pueda tener más torneos con jugadores de primeras, es necesario ponerlos a jugar y a competir con gente de más recorrido y musculos para que superen nivel de manera más rápida y con peso competitivo.Ciertamente un desatino quien o quienes escogieron esta sede, techo y paredes de zinc lo que condensa el calor, en una segunda planta pequeña en donde no se puede caminar por lo estrecho, sanitarios en la parte de abajo y a la mera par de una cancha de tenis en donde el golpe hueco de las pelotas retumba y los gritos de los tenistas; al otro lado una cancha de fútbol con bastante gente y la bulla respectiva. Al parecer la consiguieron gratuita pero no era escenario para un torneo de primeras.
El árbitro Jean Quesada, unos 23 años más o menos de apariencia bonachona y al hablar lo confirmamos, oriundo de Pérez Zeledón, amistoso y agradable. Le deseamos éxitos al frente de este torneo, se le ve capaz.
