Presidente FederaciĂłn Sanluisena de Ajedrez
Miembro de la FADA
Periodista Deportivo
El ajedrez se presenta como un juego que puede convertirse en un instrumento pedagĂłgico no convencional, que apoyarĂa decididamente la labor docente, enriqueciendo al niño con nuevos mecanismos de pensamiento que serĂĄn la base para arribar a la etapa operatoria formal.
AdemĂĄs se descubre que el juego desarrolla la idea de cooperaciĂłn (entre piezas), armonĂa y ponderaciĂłn de posibilidades, valores absolutos y relativos, creatividad, estimula el desarrollo mental, aumenta su capacidad de cĂĄlculo y raciocinio, desarrolla la imaginaciĂłn, contribuye a fijar la atenciĂłn, desarrolla la capacidad de abstracciĂłn, favorece el pensamiento lĂłgico formal, forma el espĂritu de investigaciĂłn e inventiva, desarrolla la capacidad de observaciĂłn y anĂĄlisis en la esfera socio-afectiva, favorece el orden en la actividad, educa para el ocio a travĂ©s de una actividad creativa, integra al grupo social, ejercita cualidades para superar problemas grupales y de tipo disciplinario, y favorece las normas de cortesĂa que impone la prĂĄctica del juego.
EL AJEDREZ: UN JUEGO
Mucho se ha hablado y escrito sobre el ajedrez. Es una ciencia, un arte y un juego. Es que es un juego que por sus caracterĂsticas se ha tomado como ciencia, como arte, como deporte, sin embargo...es tan lindo verlo como un juego.
Hemos de entender el juego como una actividad, que obedece al impulso nacido en lo mĂĄs profundo y bĂĄsico de la esencia animal. Huizinga planteaba que el instinto vital de la cultura humana es el juego. Es una actividad que al principio de nuestra vida se inicia con los mĂĄs elementales movimientos, que se van complicando hasta lograr el dominio de toda la enorme complejidad del cuerpo humano.
El ajedrez es un juego muy especial. Su misterio radica en la ductilidad y su longevidad, ya que sigue mostrĂĄndose indomable. En su intento por dominarlo se han desarrollado grandes superaciones intelectivas, personales y colectivas.
HERRAMIENTA PEDAGĂGICA
Tiene todas las cualidades para convertirse en una excelente herramienta pedagógica: estå de acuerdo con el diseño curricular, responde adecuadamente a los objetivos generales que se consignan en él y se enseña jugando, con los grandes beneficios que la libertad de un juego otorga. El instinto de jugar es exclusivo para el hombre y su desarrollo.
AJEDREZ ESCOLAR VERSUS AJEDREZ DE CLUBES
Es importante consignar las diferencias que existen entre el ajedrez escolar y el de los clubes que integran el juego ciencia federado.
Cuando se enseña ajedrez en las escuelas deberĂa ponerse Ă©nfasis no tanto en los que mĂĄs se destacan, sino en los que tienen dificultades, porque estas son las mismas que demuestran en el estudio. Al trabajar en resolverlas jugando, se apunta con eficacia a superarlas en las materias curriculares.
Los mejores procedimientos técnicos para llevar el ajedrez a las escuelas son aquellos que aseguran el desplazamiento del protagonismo del docente, en beneficio del ejercicio pleno de las potencialidades del alumno, tanto en sus posibilidades grupales e individuales.
Muchas veces la idea de "no inteligencia suficiente" inhibe para jugar al ajedrez. Es cierto que la inteligencia es una capacidad que se ejercita con el juego, pero también la memoria. Pero no son suficientes. Se necesitan ademås constancia y capacidad atencional.
El valor educativo del ajedrez radica en que estimula elementos positivos como: pensamiento lĂłgico, memoria, imaginaciĂłn, tenacidad, precisiĂłn, investigaciĂłn de la mejor soluciĂłn, voluntad, concentraciĂłn, discernimiento y autocrĂtica.
Es muy importante para el escolar-ajedrecista, en el umbral de sus conocimientos adultos, el simple aprendizaje de tener que aceptar las reglas para un juego donde tambiĂ©n convive la competencia, como asĂ tambiĂ©n, el ponderar diversos factores antes de tomar una decisiĂłn. En sĂntesis, empieza a aprender a elegir, para luego, tener la oportunidad y obligaciĂłn de defender y evaluar la elecciĂłn.
AJEDREZ COMO DEPORTE
El ajedrez reĂșne las cualidades de un deporte: ayuda a forjar el carĂĄcter, a acostumbrarse a la idea de la victoria y la derrota, y a actuar de acuerdo a ello. Justamente en la manera de plantear su superaciĂłn estarĂĄ la importancia del rol docente que asuma su enseñanza.
El rol socializador del ajedrez puede aunar diferentes realidades y estamentos sociales. Cuando se aprende a "leer" las partidas quedan a la vista, la evoluciĂłn de este juego, que recorriĂł los mismos caminos que la difusiĂłn de los conocimientos, desde la apariciĂłn de la imprenta.
Con el tiempo, muchos quedarĂĄn prendidos al juego y muchos mĂĄs lo habrĂĄn transitado como una de las formas que la escuela adopta para lograr, como dijera Piaget la creaciĂłn de hombres que sean capaces de crear y no solamente de repetir lo que otros han hecho, con la formaciĂłn de mentes que estĂ©n en condiciones de criticar y verificar, y de no aceptar todo lo que se les proponga. En suma, individuos formados para adoptar al mĂ©todo cientĂfico, que obran de acuerdo con el medio antes que como maestros de ajedrez.
BibliografĂa Requena Martha y de Enrique NoemĂ (1985): Programa Nacional de Ajedrez Escolar. SecretarĂa de ExtensiĂłn Universitaria y Bienestar Estudiantil UBA. Noviembre.
Hojas de Trabajo. FSA. 1982-1983.


